Las propiedades de la materia son las características que permiten distinguirla y clasificarla, dividiéndose principalmente en generales (comunes a toda materia, como masa y volumen) y específicas (que permiten diferenciar una sustancia de otra, como el punto de fusión y la densidad). Estas propiedades se pueden clasificar además en físicas, que no alteran la composición de la sustancia (como color y elasticidad), y químicas, que sí lo hacen mediante una reacción química (como la combustión y la oxidación).
Propiedades Físicas vs. Propiedades Químicas
La distinción entre estas categorías depende de si la observación o medición altera o no la identidad química de la sustancia.
Propiedades Físicas
Son aquellas que pueden ser observadas o medidas sin que la materia cambie su composición. Por ejemplo, el cobre puro exhibirá siempre un color marrón rojizo y será un sólido a temperatura ambiente. Otros ejemplos incluyen el punto de fusión, como la temperatura a la que el galio metálico se funde (30 °C), la densidad (el mercurio es un líquido muy denso), el color, la dureza y la temperatura.

Propiedades Químicas
Describe la capacidad intrínseca de una sustancia para reaccionar o transformarse en una nueva sustancia. Estas propiedades solo pueden ser observadas o medidas durante o después de un cambio químico. Los ejemplos clásicos incluyen la capacidad de oxidación (el metal de hierro se oxida al reaccionar con el oxígeno del aire), la inflamabilidad (un trozo de papel seco se quema) y la reactividad específica (el cobre se disuelve en ácido nítrico diluido para producir una solución azul y un gas marrón).

Propiedades Intensivas vs. Propiedades Extensivas
Esta clasificación se basa en la dependencia de la cantidad de materia presente.
Propiedades Extensivas
Son aquellas que dependen directamente de la cantidad o extensión de la materia en una muestra.
Ejemplos: La masa, el volumen y la longitud. Otras propiedades relacionadas con la energía o la cantidad de sustancia también se incluyen, como la entalpía, la entropía y la inercia.
Fundamento: Si se tiene un volumen determinado de agua y se agrega más, tanto el volumen como la masa aumentarán proporcionalmente.

Propiedades intensivas
Son aquellas que dependen únicamente del tipo de materia y no de la cantidad presente.
Ejemplos: La densidad, el color, el punto de ebullición, el punto de fusión, la temperatura, la solubilidad y la viscosidad.
Fundamento: Si se toma la temperatura de una muestra de agua y luego se divide la muestra a la mitad, la temperatura de ambas mitades será la misma, ya que esta propiedad es una característica intrínseca de la sustancia en ese momento.
La importancia de las propiedades intensivas, como el punto de fusión o la densidad, radica en su constancia para una sustancia pura bajo condiciones específicas. Debido a esta confiabilidad, son la base para la identificación analítica de sustancias, ya que un valor medido (p. ej., la densidad o el punto de ebullición) es una huella digital que no varía con el tamaño de la muestra.

